domingo, 7 de junio de 2015

Bradford de Long: Modelos Económicos y Políticos

El mundo en sus manos, 1952
Reproduzco íntegramente el artículo de Bradford DeLong, profesor de Economía en Berkeley, publicado en Project Syndicate y El País. Realmente interesante.

(...)  Cuando los políticos recurren a los economistas para pedirles consejo, esperan que este esté basado en datos científicos, no en disputas académicas o asunciones políticas. Al fin y al cabo, las políticas que deben poner en marcha tienen implicaciones reales para gente real. Por desgracia, la ciencia sólida no es siempre lo que mueve el análisis político y las recomendaciones de políticas públicas.

En una reciente crítica de lo que él llama la “matematización” de la economía moderna, Paul M. Romer, de la Universidad de Nueva York, considera que los economistas deben tomar medidas para expulsar el faccionalismo académico y la política de la llamada “ciencia lúgubre”. Romer basa su argumento en el actual debate en su campo sobre el papel que las ideas tienen en la promoción del crecimiento económico.

A Romer le preocupa principalmente la tendencia de algunos economistas a defender que lo que es verdadero sobre ciertos tipos de teoría lo es para todas las teorías, y, en consecuencia, aplicable al mundo real. Como ejemplo de esa tendencia, Romer cita el trabajo del economista de la Universidad de Chicago Robert Lucas, quien, en su ensayo de 2009, Ideas y Crecimiento, rechaza la idea de que los libros o proyectos pueden tener un papel en el crecimiento económico. “Puede ‘incluirse’ algún conocimiento en libros, diseños, máquinas y otros tipos de capital físico, y sabemos como incorporar capital a un modelo de crecimiento”, defiende Lucas, “pero también sabemos que eso, por si solo, no provee un motor de crecimiento sostenido”.